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El callejón sin salida de la política comercial de la administración Trump

LONDRES – Hay muchas razones para creer que la disputa comercial de Estados Unidos con China empeorará antes de mejorar y que el déficit comercial estadounidense se profundizará en lugar de reducirse. De hecho, las condiciones económicas (si se materializan) que permitirían al gobierno del Presidente Donald Trump clamar victoria en la disputa acabarían por socavar la credibilidad de su política económica.

Ahora que son la parte receptora de los aranceles estadounidenses, las autoridades chinas tienen tres opciones. Primero, podrían capitular y deshacer varias de las “prácticas discriminatorias” identificadas en el informe de marzo de 2018 del Representante de Comercio de EE.UU. sobre transferencias tecnológicas y propiedad intelectual. Hasta el momento no hay señales de que China esté considerando esta opción.

Segundo, China podría intensificar la disputa. Podría fijar sus propios aranceles a valores mayores que los de Estados Unidos, aplicarlos a una gama más amplia (y con un mayor valor en dólares) de exportaciones estadounidenses, o compensar el impacto de los aranceles estadounidenses sobre los exportadores chinos permitiendo la depreciación del renminbi frente al dólar. Como alternativa, las autoridades podrían mirar más allá del intercambio de bienes y considerar los flujos de capitales y negocios relacionados con firmas estadounidenses, lo que les permitiría impedir en la práctica las operaciones en suelo chino de las firmas financieras y no financieras de EE.UU. Como la primera opción, esta parece improbable, al menos en esta etapa de la disputa.

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