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El momento de la verdad de la democracia estadounidense

NUEVA YORK – En ciertos momentos de la historia –a menudo después de que un progreso social importante ha incomodado a determinados segmentos de la sociedad-, una persona aparece en la escena política diciendo representar algo grande y nuevo. Hábil en las artes de la presentación de sí mismo y la manipulación emocional, él (siempre es un hombre) fascina las mentes y los corazones de millones con su pose de macho. No tardará en formarse un culto a su personalidad. Y aunque en su ascenso al poder ha amenazado con el uso de la violencia, o incluso si la ha usado, disfruta del apoyo de sus fieles, que lo ven como un salvador que traerá orden a un mundo en caos.

Esta descripción del caudillo arquetípico se puede usar para varios líderes actuales. Y ocurre que, como Jair Bolsonaro en Brasil, Recep Tayyip Erdogan en Turquía, Vladimir Putin en Rusia y los Estados Unidos bajo Donald Trump, muchos gobiernan algunos de los países geopolíticamente más importantes del planeta.

Desde la asunción del mando por Trump a principios de 2017, EE.UU. ha sufrido la erosión de su democracia y el despliegue de un liderazgo autoritario. Las inminentes elecciones presidenciales son, pues, un referendo sobre la nueva dirección antiliberal que el país ha tomado bajo un presidente que ha puesto el extremismo de ultraderecha en un espacio de normalidad e impulsado una política exterior basada en alianzas transaccionales con tiranos y asesinos de todo el mundo.

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