Iranians celebrate the anniversary of the 1979 Islamic-Revolution Majid Saeedi/Getty Images

La peligrosa postura anti-Irán de Estados Unidos

NUEVA YORK – En las últimas semanas, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y sus asesores se han unido a Arabia Saudita en su acusación de que Irán es el epicentro del terrorismo en Oriente Medio. El Congreso estadounidense, mientras tanto, está preparando otra ronda más de sanciones contra Irán. Pero la caricatura de Irán como "la punta de la lanza" del terrorismo global, según las palabras del rey saudí Salmán, no sólo es equivocada sino también extremadamente peligrosa, porque podría conducir a una nueva guerra en Oriente Medio.

Por cierto, ése parece ser el objetivo de algunos exaltados en Estados Unidos, a pesar del dato obvio de que Irán está en el mismo bando que Estados Unidos en la lucha contra Estado Islámico (EI). Y también está el hecho de que Irán, a diferencia de la mayoría de sus adversarios regionales, es una democracia en funciones. Irónicamente, la escalada de la retórica estadounidense y saudí se produjo apenas dos días después de la elección del 19 de mayo en Irán, en la cual los moderados liderados por el actual presidente Hassan Rouhani derrotaron a sus oponentes de línea dura en las urnas.

Quizá para Trump, el abrazo pro-saudí y anti-Irán es apenas otra propuesta comercial. Estaba exultante con la decisión de Arabia Saudita de comprar 110.000 millones de dólares en nuevas armas estadounidenses y describió el acuerdo como "empleos, empleos, empleos", como si el único empleo remunerado para los trabajadores estadounidenses requiriera que aticen la guerra. 

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