La guerra en contra de los niños de Iraq

Los niños de Iraq no sólo han sufrido guerras sucesivas y sanciones económicas. La pérdida de sus padres y de los recursos familiares han fomentado el trabajo infantil, la carencia de hogares y una inclinación hacia la violencia y la rebelión. Ahora viven frecuentemente en casas con 25 personas en un espacio de 40 metros cuadrados. Incluso las familias intactas pueden componerse de los padres y de cinco hijos que viven en un solo cuarto de seis metros cuadrados.

El incremento del trabajo infantil refleja la grave situación económica de las familias: los niños son frecuentemente los únicos que sostienen los hogares y trabajan por un salario bajo. Por ejemplo, los contratistas de servicios municipales prefieren contratar niños para reducir los costos. Aquí, un niño puede emplearse para el trabajo agrícola o para trabajos de limpieza. Muchos trabajan en montones de basura, ya sea llevándola de un lugar a otro o recolectando botellas vacías y latas para venderlas.

Otros niños cargan y transportan objetos en los mercados donde deben jalar carretillas con un peso de 60 a 70 kilogramos y cargar cajas de 15 kilogramos a una temperatura de 50 grados. Dos niños pueden descargar un camión que lleve 1000 kilogramos de productos alimenticios.

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