El terrorismo a las puertas

NUEVA DELHI – Las consecuencias de los ataques terroristas de la semana pasada en Mumbai ya han sacudido a la India. La profunda y prolongada furia en todo el país –contra su patente vulnerabilidad al terrorismo y las múltiples fallas institucionales que permitieron la pérdida de vidas—provocó las renuncias del Ministro del Interior en el gobierno nacional y del Ministro en jefe y su segundo en el estado de Maharastra, cuya capital es Mumbai. A medida que crecen las evidencias de que los ataques se planearon y dirigieron en Pakistán, se han intensificado los llamados a tomar acciones decisivas. Pero, ¿qué puede hacer la India?

Los terroristas golpearon varios objetivos en Mumbai, tanto de manera literal como figurada. Causaron muertes y destrucción con una impunidad casi total e hirieron el espíritu de la India al poner de manifiesto las limitaciones de su aparato de seguridad y al humillar a su gobierno. Dejaron en entredicho la imagen de la India en el mundo como un gigante económico emergente, un ejemplo del éxito de la era de la globalización y un imán cada vez más poderoso para atraer inversionistas y turistas. En cambio, se mostró al mundo una India insegura y vulnerable, un Estado blando acosado por enemigos que pueden atacarlo a placer.

Eso no fue todo. Al elegir únicamente a estadounidenses, británicos e israelíes para sus actos malignos, los terroristas ampliaron la guerra islamista global contra “judíos y cruzados” a territorio nuevo. Como acapararon la atención de los medios mundiales durante tres espantosos días, los asesinos lograron un éxito notable para su causa, que debe haber estremecido a los expertos antiterroristas en todo el mundo, quienes ahora se dan cuenta de lo fácil que resultaría para diez hombres sin temor a la muerte tomar como rehén a cualquier ciudad del mundo.

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