BRUSELAS – La primera aparición del Presidente Barack Obama fuera de América del Norte –en Londres, Estrasburgo, Praga y Estambul- concentró la atención mundial. Pero lo que ese viaje notablemente no pudo hacer fue ocultar un hecho extraordinario: el ampquot;Consenso de Washingtonampquot; acerca de cómo se debería manejar la economía global es hoy cosa del pasado. La pregunta ahora es qué lo va a reemplazar.
Aunque a menudo se dice que China carece de ampquot;poder blandoampquot;, muchas de sus ideas sobre economía y gobierno están en ascenso. De hecho, en su búsqueda de la estabilidad económica nacional, la administración Obama claramente está dando pasos hacia el tipo de intervención gubernamental que China ha estado promoviendo en las últimas dos décadas.
En este modelo el gobierno, si bien no deja de beneficiarse del mercado internacional, retiene el poder sobre el ampquot;alto mandoampquot; de la economía, a través de un estricto control del sector financiero, políticas de adquisiciones gubernamentales restrictivas, orientación de la investigación y el desarrollo en el sector energético, y limitaciones selectivas a las importaciones de bienes y servicios. Todos estos factores no sólo son parte del paquete de rescate económico de China, sino también del plan de estímulo de Obama.
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When a bank fails in the United States, questions about who is to blame are often directed at many different regulatory agencies, because the system is complex and hard for outsiders to understand. In the wake of the collapse of Silicon Valley Bank, the case for an overhaul could not be stronger.
laments that the post-2008 Dodd-Frank reforms left in place a framework riddled with structural shortcomings.
The failures of Silicon Valley Bank and Signature Bank are significant market events. But, given an overheated labor market and 1970s-like inflation, if the Fed cannot see the whites of the eyes of a systemic banking crisis, then it must move aggressively on the inflation front.
urges the US central bank to continue raising interest rates, despite signs of financial-sector fragility.
BRUSELAS – La primera aparición del Presidente Barack Obama fuera de América del Norte –en Londres, Estrasburgo, Praga y Estambul- concentró la atención mundial. Pero lo que ese viaje notablemente no pudo hacer fue ocultar un hecho extraordinario: el ampquot;Consenso de Washingtonampquot; acerca de cómo se debería manejar la economía global es hoy cosa del pasado. La pregunta ahora es qué lo va a reemplazar.
Aunque a menudo se dice que China carece de ampquot;poder blandoampquot;, muchas de sus ideas sobre economía y gobierno están en ascenso. De hecho, en su búsqueda de la estabilidad económica nacional, la administración Obama claramente está dando pasos hacia el tipo de intervención gubernamental que China ha estado promoviendo en las últimas dos décadas.
En este modelo el gobierno, si bien no deja de beneficiarse del mercado internacional, retiene el poder sobre el ampquot;alto mandoampquot; de la economía, a través de un estricto control del sector financiero, políticas de adquisiciones gubernamentales restrictivas, orientación de la investigación y el desarrollo en el sector energético, y limitaciones selectivas a las importaciones de bienes y servicios. Todos estos factores no sólo son parte del paquete de rescate económico de China, sino también del plan de estímulo de Obama.
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