El retorno del Rey en Nepal

En Nepal, cada vez que pensamos que las cosas no pueden estar peor, se ponen peor. En 2001, a medida que la insurgencia maoísta se intensificaba y las bajas aumentaban, casi toda la familia real -incluyendo al Rey Birendra- fue masacrada por uno de los príncipes de Nepal. El siguiente año, el parlamento fue disuelto y los gobiernos locales electos fueron dispersados. A medida que los partidos políticos peleaban, el Rey Gyanendra, quien sucedió a su hermano asesinado, despidió al primer ministro en 2002 y gobernó con un gabinete designado.

La semana pasada, el Rey Gyanendra despidió nuevamente a su primer ministro, declaró estado de emergencia y suspendió todas las libertades civiles. El experimento de 15 años de Nepal con la democracia parece haber terminado. Desde el 1 de febrero, los medios nepalíes han sido objeto de total censura. No se permite publicar ni difundir nada que vaya en contra del "espíritu y letra" de la remoción del gobierno por el Rey, y "se tomarán acciones en contra de quienes violen el aviso." Los soldados ahora están en las redacciones de los noticieros cribando las galeras antes de que se vayan a las prensas. Algunas veces modifican los titulares que consideran son críticos de las acciones de la realeza. A las estaciones de radio de FM nepalíes -las cuales fueron modelo de la difusión pública descentralizada y de la radio comunitaria- se les ha prohibido difundir los acontecimientos actuales. Algunas estaciones de radio de FM han sido cerradas y están calladas.

El servicio nepalí de la BBC que solía retransmitirse a través de una red de 12 estaciones de radio en todo el país se ha interrumpido. Todos los canales de noticias indios han sido eliminados de las redes de televisión por cable. El sábado dos periodistas reconocidos fueron arrestados por hacer declaraciones en contra de la represión.

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