CAMBRIDGE – Es oficial. El Fondo Monetario Internacional ha puesto el sello de aprobación a los controles al capital, legitimando el uso de impuestos y otras restricciones sobre los flujos financieros transfronterizos.
No hace tanto, el FMI presionaba duramente a los países –pobres y ricos– para que abriesen sus finanzas al mundo. Ahora reconoce que la globalización financiera puede ser perjudicial e incluir crisis financieras y movimientos de divisas económicamente desfavorables.
Henos aquí frente a otro giro en la trama de la interminable saga de nuestra relación de amor y odio con los controles al capital.
CAMBRIDGE – Es oficial. El Fondo Monetario Internacional ha puesto el sello de aprobación a los controles al capital, legitimando el uso de impuestos y otras restricciones sobre los flujos financieros transfronterizos.
No hace tanto, el FMI presionaba duramente a los países –pobres y ricos– para que abriesen sus finanzas al mundo. Ahora reconoce que la globalización financiera puede ser perjudicial e incluir crisis financieras y movimientos de divisas económicamente desfavorables.
Henos aquí frente a otro giro en la trama de la interminable saga de nuestra relación de amor y odio con los controles al capital.