LONDRES – ¿Qué impacto tendrá la automatización (lo que ha dado en llamarse “el ascenso de los robots”) en los salarios y el empleo durante las décadas venideras? Esta pregunta vuelve a aparecer cada vez que aumenta el desempleo.
A principios del siglo XIX, David Ricardo consideró la posibilidad de que las máquinas reemplazaran a la mano de obra humana, idea que fue retomada por Karl Marx. Más o menos por la misma época, los luditas destruían las maquinarias textiles que, consideraban, les estaban quitando el trabajo.
Después el miedo a las máquinas fue desapareciendo. En poco tiempo se crearon y ocuparon nuevos empleos (con salarios más altos, en mejores condiciones y para más personas). Pero eso no quiere decir que los primeros temores estuvieran errados. Por el contrario, en el muy largo plazo, esos temores son acertados: tarde o temprano, los puestos de trabajo no serán suficientes.
LONDRES – ¿Qué impacto tendrá la automatización (lo que ha dado en llamarse “el ascenso de los robots”) en los salarios y el empleo durante las décadas venideras? Esta pregunta vuelve a aparecer cada vez que aumenta el desempleo.
A principios del siglo XIX, David Ricardo consideró la posibilidad de que las máquinas reemplazaran a la mano de obra humana, idea que fue retomada por Karl Marx. Más o menos por la misma época, los luditas destruían las maquinarias textiles que, consideraban, les estaban quitando el trabajo.
Después el miedo a las máquinas fue desapareciendo. En poco tiempo se crearon y ocuparon nuevos empleos (con salarios más altos, en mejores condiciones y para más personas). Pero eso no quiere decir que los primeros temores estuvieran errados. Por el contrario, en el muy largo plazo, esos temores son acertados: tarde o temprano, los puestos de trabajo no serán suficientes.