La europeización de Rusia

En menos de cuatro años, Rusia ha experimentado un cambio de marea impresionante. La estabilización macroeconómica es apenas el principio. En el fondo de la rápida recuperación de la economía yace el surgimiento de un conjunto de valores políticos fundamentales. Nadie se cuestiona si la propiedad privadad debe ser la base de la vida económica. Las políticas monetarias y fiscales estrictas actualmente son de rigor (hasta hace muy poco se consideraba que la impresión de billetes para financiar el déficit presupuestal era aceptable). Todas las fuerzas políticas principales (incluso las de la izquierda) apoyan la reducción de los impuestos.

En resumen, se han eliminado los vestigios ideológicos de la economía comunista. La obtención de un amplio consenso político significa que ahora los cambios institucionales pueden tener metas más precisas y ser más consistentes. En efecto, la consolidación de los partidos políticos le ha dado al gobierno ruso una mayoría parlamentaria estable por primera vez desde que empezó la transición poscomunista.

Sin embargo, a diferencia de la estabilización económica, no hay reglas casi universales para la reforma institucional. Aunque ha habido avances notables en el marco legal del plan estratégico que el gobierno anunció en el 2000 (el llamado "Programa Gref", que lleva el nombre del ministro de economía German Greff), todavía falta alcanzar algún logro importante. De las más de cien reformas planeadas para los años 2000-2001, poco más de una docena se pudieron poner en marcha por completo.

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