AMSTERDAM: A los holandeses les gusta considerarse líderes en política social. Sin embargo, como descubrimos en un viaje reciente a Holanda y Alemania, es en el ámbito de la política económica donde Europa busca el liderazgo holandés. Con un desempleo de alrededor del 10% en Alemania, Francia e Italia, la tasa holandesa, menor al 3%, es la envidia de Europa.
Holanda constituye ese raro ejemplo de Estado benefactor floreciente (“sobrecalentada” fue el término que utilizaron tres funcionarios de bancos centrales en Frankfurt para describir a la economía holandesa). ¿Cómo sucedió esto? Algunos afirman que se debe al “modelo Polder” de cooperación social entre patrones, sindicatos y el gobierno. Se equivocan. La cooperación social per se no rescató a los holandeses de los errores de los sesenta y los setenta. Entonces, ¿cómo se le puede dar el crédito por la recuperación de mediados de los ochenta y de los noventa?
Es cierto que los sindicatos en Holanda han moderado sus demandas salariales, pero eso no es lo que detonó el dramático incremento en el empleo. Más bien, fueron las reformas estructurales al mercado laboral holandés lo que propició la explosión del empleo. Destacan entre ellas la utilización amplia de empleados de medio tiempo y temporales.
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With a likely rematch between Joe Biden and Donald Trump in the 2024 US presidential election, America and the rest of the world were heading into a perilous period even before the latest conflagration in the Middle East. Turmoil in the region will cloud the broader economic outlook – and could dim Biden’s chances.
worries global economic and political developments will put Donald Trump back in the White House.
Around the world, foreign-policy strategists are grappling with new international dynamics, from the Sino-American rivalry and ongoing hot wars to the broader breakdown in multilateral global governance. However, there is much debate about whether global power and alignments are truly shifting, and in what ways.
consider whether the world will become more multipolar or “non-aligned” in the new year.
It is hard to see anything good coming from the current spasm of violence between Israel and Hamas. But this tragedy, which has forced both Israelis and Palestinians to stare into the abyss, might prove to be a turning point that will clear the path for a lasting peace.
considers how the current conflagration might pave the way for a solution to the Israeli-Palestinian conflict.
AMSTERDAM: A los holandeses les gusta considerarse líderes en política social. Sin embargo, como descubrimos en un viaje reciente a Holanda y Alemania, es en el ámbito de la política económica donde Europa busca el liderazgo holandés. Con un desempleo de alrededor del 10% en Alemania, Francia e Italia, la tasa holandesa, menor al 3%, es la envidia de Europa.
Holanda constituye ese raro ejemplo de Estado benefactor floreciente (“sobrecalentada” fue el término que utilizaron tres funcionarios de bancos centrales en Frankfurt para describir a la economía holandesa). ¿Cómo sucedió esto? Algunos afirman que se debe al “modelo Polder” de cooperación social entre patrones, sindicatos y el gobierno. Se equivocan. La cooperación social per se no rescató a los holandeses de los errores de los sesenta y los setenta. Entonces, ¿cómo se le puede dar el crédito por la recuperación de mediados de los ochenta y de los noventa?
Es cierto que los sindicatos en Holanda han moderado sus demandas salariales, pero eso no es lo que detonó el dramático incremento en el empleo. Más bien, fueron las reformas estructurales al mercado laboral holandés lo que propició la explosión del empleo. Destacan entre ellas la utilización amplia de empleados de medio tiempo y temporales.
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