Uniendo a Siria

BERLIN – Los activistas de la oposición siria suelen manifestar su desencanto con el nivel de apoyo internacional que reciben. Si bien la última reunión de los llamados "Amigos de Siria" (un grupo de países que se reúne periódicamente para discutir la situación de Siria fuera del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas) se tradujo en más ayuda financiera, el grado de compromiso exterior genuino con su causa sigue siendo cuestionable.

Estados Unidos, la Unión Europea, Turquía y la mayoría de los países árabes coinciden en que el régimen del presidente sirio Bashar al-Assad ya no es legítimo. Han intensificado las sanciones contra el gobierno, y ofrecido diferentes tipos de respaldo a los grupos opositores. Algunos estados han ofrecido armas automáticas, municiones y granadas propulsadas por cohetes. Pero las entregas de armas han disminuido, y los pedidos de los rebeldes de armas antiaéreas siguen sin recibir respuesta.

Es más, ni los vecinos de Siria ni los gobiernos occidentales están dispuestos a intervenir militarmente. De hecho, a pesar de dar señales de solidaridad, se han negado a establecer una zona de protección para los civiles sirios a lo largo de la frontera de los estados vecinos, o a imponer una zona de exclusión aérea para los aviones militares sirios. En consecuencia, los grupos opositores sirios creen que se han quedado solos para enfrentar al brutal régimen de Assad.

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