Carl Bildt was Sweden’s foreign minister from 2006 to 2014 and prime minister from 1991 to 1994, when he negotiated Sweden’s EU accession. A renowned international diplomat, he served as EU Special Envoy to the Former Yugoslavia, High Representative for Bosnia and Herzegovina, UN Special Envoy to the Balkans, and Co-Chairman of the Dayton Peace Conference. He is Co-Chair of the European Council on Foreign Relations.
ESTOCOLMO – Tras una conversión sospechosamente repentina, el presidente ruso Vladimir Putin ahora afirma que está preocupado por el destino de los millones de refugiados que huyeron de la matanza en Siria. En una reunión reciente con la canciller alemana Angela Merkel, Putin expresó su esperanza de que la Unión Europea ayude a reconstruir Siria para que sus desplazados puedan iniciar el regreso. Y en las últimas semanas, diplomáticos rusos han estado promoviendo el mismo mensaje en las capitales europeas.
Es verdad que ahora que el régimen de Bashar al‑Assad recuperó la mayor parte del territorio del país, la guerra civil en Siria muestra signos claros de estar llegando a su fin. Pero no era un resultado inevitable. Por el contrario, hubo momentos en que el ejército sirio estuvo muy cerca de colapsar. Sólo la ayuda crucial de milicias con respaldo iraní y el apoyo aéreo ruso permitieron a Assad dar vuelta la situación.
En tanto, los intentos estadounidenses de establecer una oposición armada “moderada” tuvieron pocos resultados, fuera de darle a las Unidades de Protección del Pueblo Kurdo (YPG, un desprendimiento del Partido de los Trabajadores del Kurdistán, PKK) el control de la franja lindante con Turquía en el norte de Siria. Lo único que resta ahora es destruir el último enclave de Al Nusra en Idlib y negociar algún tipo de acuerdo entre las YPG y Assad.
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