PRINCETON – Desde que estalló la crisis de la deuda soberana europea en 2009, todo el mundo se ha preguntado qué pasaría si un país saliera de la eurozona. En un principio el debate se centró en los países que estaban en crisis, Grecia o tal vez Portugal, España o Italia. Luego vino una discusión más bien hipotética sobre lo que sucedería si un país superavitario fuerte, como Finlandia o Alemania, saliera.
Al final surgió el consenso de que la salida de un país podría provocar un colapso más generalizado, como la caída de Lehman Brothers en 2008. Ahora, con el caso de Suiza, tenemos la muestra de algunos de los riesgos que podrían surgir si un país superavitario dejara la eurozona.
En septiembre de 2011 Suiza vincula su moneda al euro para fijar un tope a la rápida apreciación del franco después de la crisis financiera global que estalló en 2008. Así, el país se convirtió en un miembro adjunto temporal de la unión monetaria europea. Pero el 15 de enero, el Banco Nacional Suizo (BNS) súbita y sorprendentemente dejo de vincularla.
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Given strong odds that we will face another pandemic, the international community is rightly engaged in discussions about how to do better next time. But the latest United Nations agreement on the issue offers mere platitudes, rather than the kind of concrete measures needed to stay ahead of a new pathogen.
explains what governments need to do to demonstrate that they are taking the threat seriously.
While China was an early mover in regulating generative AI, it is also highly supportive of the technology and the companies developing it. Chinese AI firms might even have a competitive advantage over their American and European counterparts, which are facing strong regulatory headwinds and proliferating legal challenges.
thinks the rules governing generative artificial intelligence give domestic firms a competitive advantage.
PRINCETON – Desde que estalló la crisis de la deuda soberana europea en 2009, todo el mundo se ha preguntado qué pasaría si un país saliera de la eurozona. En un principio el debate se centró en los países que estaban en crisis, Grecia o tal vez Portugal, España o Italia. Luego vino una discusión más bien hipotética sobre lo que sucedería si un país superavitario fuerte, como Finlandia o Alemania, saliera.
Al final surgió el consenso de que la salida de un país podría provocar un colapso más generalizado, como la caída de Lehman Brothers en 2008. Ahora, con el caso de Suiza, tenemos la muestra de algunos de los riesgos que podrían surgir si un país superavitario dejara la eurozona.
En septiembre de 2011 Suiza vincula su moneda al euro para fijar un tope a la rápida apreciación del franco después de la crisis financiera global que estalló en 2008. Así, el país se convirtió en un miembro adjunto temporal de la unión monetaria europea. Pero el 15 de enero, el Banco Nacional Suizo (BNS) súbita y sorprendentemente dejo de vincularla.
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