zliu2_YASUYOSHI CHIBAAFPGetty Images_cyclone idai Yasuyoshi Chiba/AFP/Getty Images

La crisis del multilateralismo es una oportunidad

NUEVA YORK – Cuando el ciclón Idai asoló Mozambique, Malawi, Zimbabue y Madagascar el mes pasado, dejó casi mil personas muertas y cientos de miles más sin techo, hambrientas y amenazadas por la enfermedad. Según una estimación, se puede haber perdido más de $1 mil millones en infraestructura.

Estas catástrofes se han vuelto tristemente familiares. Idai fue el último de una serie de acontecimientos climáticos extremos que nos muestran que los devastadores efectos del cambio climático están aquí y ahora, no en un futuro distante. Peor aún, las comunidades más pobres y vulnerables del mundo son las más afectadas. Mozambique, el país que sufrió el mayor nivel de daños por el ciclón, tendrá que realizar la reconstrucción con las manos atadas, porque actualmente está en negociaciones para reestructurar su insostenible deuda.

Para dar respuesta a estos retos, en 2015 la comunidad internacional adoptó la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que trazó un camino hacia la prosperidad y la sostenibilidad comunes. Pero no será posible alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS) si no transformamos nuestros sistemas financieros en la línea de la Agenda de Acción de Addis Ababa de las Naciones Unidas. Necesitamos una arquitectura financiera mundial que facilite el financiamiento de las inversiones que se requieran (incluida la construcción de infraestructura sólida y resistente), una respuesta rápida a las crisis y el saneamiento financiero de los países en problemas.

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