NEW HAVEN – Hace ochenta años, en el otoño de 1930, Joseph Stalin implementó una política que cambió el curso de la historia, y derivó en decenas de millones de muertes a lo largo de décadas y en todo el mundo. En una campaña violenta y masiva de “colectivización”, puso la agricultura soviética bajo control estatal.
Stalin persiguió la colectivización a pesar de la resistencia generalizada que se había producido cuando las autoridades soviéticas habían intentando introducir por primera vez la política la primavera anterior. El liderazgo soviético entonces había recurrido a ataques con disparos y deportaciones al Gulag para adelantarse a una oposición. Sin embargo, los ciudadanos soviéticos ofrecieron una resistencia masiva; los nómadas kazajos huyeron a China; los agricultores ucranianos, a Polonia.
En el otoño, los asesinatos y las deportaciones se reanudaron, complementados por la coerción económica. A los agricultores individuales se los gravó hasta que aceptaron la colectivización y a las granjas colectivas se las autorizó a apropiarse de los granos de semillas de los agricultores individuales, utilizados para sembrar la cosecha del año siguiente.
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Since 1960, only a few countries in Latin America have narrowed the gap between their per capita income and that of the United States, while most of the region has lagged far behind. Making up for lost ground will require a coordinated effort, involving both technocratic tinkering and bold political leadership.
explain what it will take finally to achieve economic convergence with advanced economies.
Between now and the end of this decade, climate-related investments need to increase by orders of magnitude to keep the world on track toward achieving even more ambitious targets by mid-century. Fortunately, if done right, such investments could usher in an entirely new and better economy.
explains what it will take to mobilize capital for the net-zero transition worldwide.
NEW HAVEN – Hace ochenta años, en el otoño de 1930, Joseph Stalin implementó una política que cambió el curso de la historia, y derivó en decenas de millones de muertes a lo largo de décadas y en todo el mundo. En una campaña violenta y masiva de “colectivización”, puso la agricultura soviética bajo control estatal.
Stalin persiguió la colectivización a pesar de la resistencia generalizada que se había producido cuando las autoridades soviéticas habían intentando introducir por primera vez la política la primavera anterior. El liderazgo soviético entonces había recurrido a ataques con disparos y deportaciones al Gulag para adelantarse a una oposición. Sin embargo, los ciudadanos soviéticos ofrecieron una resistencia masiva; los nómadas kazajos huyeron a China; los agricultores ucranianos, a Polonia.
En el otoño, los asesinatos y las deportaciones se reanudaron, complementados por la coerción económica. A los agricultores individuales se los gravó hasta que aceptaron la colectivización y a las granjas colectivas se las autorizó a apropiarse de los granos de semillas de los agricultores individuales, utilizados para sembrar la cosecha del año siguiente.
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