Nuestra deuda con Stalingrado

BERKELEY – No somos seres recientemente creados, inocentes, racionales y razonables. No somos creados de la nada en un Edén sin nombre bajo un nuevo sol. Somos, más bien, el producto de cientos de millones de años de evolución miope, y miles de años de historia no escrita y luego registrada. Nuestro pasado se fue construyendo en base a capas superpuestas de instintos, propensiones, hábitos de pensamiento, patrones de interacción y recursos materiales.

Sobre este cimiento histórico, construimos nuestra civilización. Si no fuera por nuestra historia, nuestro esfuerzo no sólo sería en vano sino imposible.

Y están los crímenes de la historia humana. Los crímenes horribles. Los crímenes increíbles. Nuestra historia nos persigue como una pesadilla, ya que los crímenes del pasado hacen mella en el presente e inducen a que se cometan más crímenes en el futuro.

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