La resistente democracia de Senegal

DAKAR - Muchos comentaristas dudaban de que la democracia en Senegal, país cuya población es 95% musulmana, fuera a sobrevivir a sus más recientes elecciones, en las que el actual presidente, Abdoulaye Wade, buscaba obtener un controvertido (y legal solo a medias) tercer mandato. Sin embargo, su ya bien establecida democracia no sólo sobrevivió, sino que salió fortalecida. ¿Por qué?

En primer lugar, los ciudadanos senegaleses, a diferencia de Wade, estaban decididos a seguir tácticas pacíficas. Aunque algunos de los candidatos y grupos de la sociedad civil optaron por demostraciones de fuerza ante el régimen, la mayoría de la población decidió derrotar a Wade en las urnas, en una muestra de paciencia y respeto por la tradición electoral que se debe entender desde una perspectiva histórica.

Bajo el dominio colonial francés, se celebraban elecciones en dos, y luego cuatro, Municipios de Senegal. Desde 1848 hasta la independencia en 1960, siempre que Francia era una república, Senegal elegía un diputado que se convertía en miembro de pleno derecho del Parlamento francés, dando lugar a una sociedad con alta actividad política y libertad de prensa. A pesar de su clientelismo endémico, Senegal ha sabido conservar sus prácticas electorales fundamentales en las décadas transcurridas desde la independencia. El régimen de partido único (1966-1974) no duró demasiado en comparación con otros estados africanos que habían alcanzado la independencia hacía poco tiempo.

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