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Combatir la violencia con la evidencia

SAN DIEGO/NUEVA YORK – En el informe del año pasado Pathways for Peace (Caminos para la paz), resultado de un estudio conjunto de Naciones Unidas y el Banco Mundial, el secretario general de la ONU António Guterres advierte que el mundo enfrenta un “resurgimiento dramático” de conflictos violentos que causó un inmenso sufrimiento humano y debilitó considerablemente el orden mundial. Para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU (y proteger de la violencia mortal a millones de personas) es necesario tomar medidas urgentes que reviertan esta tendencia.

Pero no es sólo la guerra lo que está en aumento. Según una nueva investigación de la organización Small Arms Survey, 589 000 personas (incluidas 96 000 mujeres y niñas) sufrieron en 2017 una muerte violenta; es decir 7,8 muertes por cada 100 000 personas, la segunda tasa más alta desde 2004. Este incremento obedece ante todo a una oleada de homicidios.

De seguir las tendencias actuales, las muertes violentas aumentarán más de 10% de aquí a 2030, hasta llegar a 660 000 por año. Si la mortandad en contextos bélicos sigue creciendo (debido al estallido de nuevos conflictos armados o la escalada de los actuales) y las tasas de homicidio nacionales comienzan a involucionar hacia los peores índices dentro de cada región, en 2030 morirán en forma violenta más de un millón de personas al año.

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