Aramco oil Ian Timberlake/Getty Images

¿Una carrera regulatoria a la baja?

DUBAI – En medio de la intensa competencia por la salida a bolsa anticipada de Saudi Aramco -la compañía petrolera más grande del mundo, propiedad del estado saudita-, los reguladores bursátiles y del mercado financiero están bajo presión para ofrecer incentivos con la intención de que la compañía haga una doble cotización de sus acciones en el extranjero. La Autoridad de Conducta Financiera del Reino Unido (FCA por su sigla en inglés) parece estar cediendo a esa presión.

El mes pasado, la FCA extendió una propuesta para relajar las condiciones de salida a bolsa para emisores estatales que desearan calificar para el Segmento de Cotización Premium de la Bolsa de Londres (LSE) -el segmento de "excelencia" de la bolsa, gobernado por regulaciones estrictas. La propuesta es presentada como un simple tecnicismo, pero es significativa por razones que van más allá de Saudi Aramco. En verdad, implica que los reguladores hoy creen que las empresas estatales (SOE por su sigla en inglés) merecen un tratamiento regulatorio especial.

En su documento de consulta, la FCA establece que "los dueños soberanos tienden a ser diferentes de los individuos o entidades del sector privado tanto en sus motivaciones como en su naturaleza". Es una suposición válida -y precisamente la razón por la cual las SOE no deberían recibir un trato regulatorio preferencial.

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