Britain's Prime Minister Theresa May leaves 10 Downing street  DANIEL LEAL-OLIVAS/AFP/Getty Images

La seguridad británica, en riesgo por el Brexit

LONDRES – Algunos momentos de la historia son profundamente irónicos. Para ver un ejemplo actual basta mirar al Reino Unido. A pocos días de que se produzca un punto de inflexión en las negociaciones con la Unión Europea para el Brexit (la reunión de este mes del Consejo Europeo), el gobierno británico quiere que sus rechazados socios europeos ahora lo ayuden en la disputa con Rusia por el intento de asesinato del ex doble agente ruso Sergei Skripal y su hija en Salisbury (Inglaterra).

Pero ya antes del descarado ataque a los Skripal con Novichok (un agente nervioso diseñado por la Unión Soviética), la primera ministra Theresa May había comenzado a mostrarse más dispuesta a destacar los valores e intereses compartidos del RU y la UE, incluidos los relacionados con seguridad y defensa. De hecho, en la Conferencia de Seguridad celebrada el mes pasado en Múnich, propuso una “alianza profunda y especial” en torno de esas cuestiones.

En la hipótesis preferida por May, el RU seguiría teniendo participación plena en organismos de la UE como EUROPOL, y mantendría el sistema de órdenes europeas de detención y entrega (que agiliza los procedimientos de extradición). Además, seguiría participando en misiones actuales y futuras bajo la Política Común de Seguridad y Defensa de la UE (PCSD) y coordinaría con la UE la aplicación de sanciones conforme a la Política Exterior y de Seguridad Común (PESC).

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