xi jinping putin Mikhail Klimentyev\TASS via Getty Images

El movimiento del dictator

NEW YORK – El presidente ruso, Vladimir Putin, y el presidente chino, Xi Jinping, han defendido un modelo de capitalismo autoritario (llámese "desarrollo con rostro de dictador"). Pero lo que ninguno de los líderes parece haber anticipado es que los sectores comerciales de Rusia y China se están convirtiendo en fuerzas políticas por derecho propio, ejerciendo cada vez más presión sobre la formulación de políticas públicas.

En las últimas dos décadas, las corporaciones multinacionales rusas y chinas, muchas de ellas con abundante efectivo, se han convertido en poderosas herramientas de política exterior para sus respectivos regímenes. Estas, una vez fueron vistas como fuerzas modernizadoras que ayudarían a abrir los negocios y la sociedad por igual. Con la presencia de gigantes de la energía como Gazprom y Rosneft, que prometen llevar los réditos comerciales a Rusia y los ex estados soviéticos recientemente independizados, Anatoly Chubais, una arquitecta clave del programa de privatización de Rusia, los promocionó como la vanguardia de un nuevo "imperio liberal" (estas empresas también unieron a las antiguas repúblicas soviéticas más cercanas a Rusia).

Igualmente, en China, durante las presidencias de Jiang Zemin (1993-2003) y Hu Jintao (2003-2013), el aumento de bancos como el Banco Industrial y Comercial de China y el Banco Agrícola de China, y de la energía y la industria pesada, con empresas como Sinopec, Sinochem y la Corporación de Construcción Ferroviaria de China, fueron consideradas precursoras de la modernización. Sin embargo, hoy en día nadie podría confundir a estas empresas con el equivalente de un ExxonMobil o un Microsoft. Dado que los altos ejecutivos a menudo se lanzan en paracaídas directamente en la sala de juntas desde altas instancias políticas, las mega corporaciones chinas han representado durante mucho tiempo la fusión entre empresas y Estado.

https://prosyn.org/YzCRDltes