From semiconductors to electric vehicles, governments are identifying the strategic industries of the future and intervening to support them – abandoning decades of neoliberal orthodoxy in the process. Are industrial policies the key to tackling twenty-first-century economic challenges or a recipe for market distortions and lower efficiency?
LONDRES – Yemen de repente se sumó a Afganistán y a Pakistán como un riesgo para la seguridad global. De hecho, cada vez se lo ve más como un incipiente estado fallido y una potencial guarida para Al Qaeda.
El intento de hacer volar un avión con destino a Detroit el día de Navidad por parte de un nigeriano entrenado por Al Qaeda en Yemen pareció abrir los ojos de Occidente a los problemas del país. Tras ese atentado fallido, el presidente norteamericano, Barack Obama, y el primer ministro británico, Gordon Brown, promovieron en conjunto una conferencia en Londres para proponer soluciones para las crisis que antes se pasaron por alto en Yemen.
Pero si la conferencia se centra estrictamente en la presencia de Al Qaeda en Yemen, ocasionará más daños que beneficios. Más bien, la conferencia debe apuntar a resolver cuestiones más amplias de estabilidad política y social dentro de Yemen.
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