Supporters of Venezuelan President Nicolas Maduro  FEDERICO PARRA/AFP/Getty Images

Salvar a Venezuela y a nuestra América Latina.

CARACAS/LIMA – El 6 de diciembre de 1998, Hugo Chávez fue elegido presidente de Venezuela. Las consecuencias de esa votación – según muchos la última elección libre y transparente de la era chavista – llevaron a la tragedia que hoy asola a ese país.

Tras obtener la presidencia, Chávez se apresuró a someter la soberanía de Venezuela a los intereses de Cuba. Todos los intentos por contener y revertir la brutalidad del régimen hallaron por respuesta la represión, el encarcelamiento, el hambre y el exilio forzado. Abarcando desde la justicia hasta el órgano electoral, el régimen se hizo del control total e intransigente del Estado, hecho al que los vecinos de Venezuela en América Latina no opusieron resistencia.

Aprovechando el alza de precios del petróleo, el régimen, además de dilapidar, se robó gran parte de esos ingresos extraordinarios. Cuando acabó la bonanza, la presidencia estaba en manos del sucesor designado a dedo por Chávez, Nicolás Maduro. Menos astuto que su mentor, se aferró al poder convirtiéndose en un dictador y sometiendo el país a su voluntad y la de la nomenclatura gobernante. El régimen de Maduro arruinó la economía, destruyó la industria petrolera y empobreció a todos, menos a él mismo y sus cómplices.

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