Kim Jong-un, Donald Trump and Vladimir Putin represented in Neapolitan Nativity statues Salvatore Laporta/KONTROLAB /LightRocket via Getty Images

Armas de destrucción masculina

GINEBRA – Como defensora de la abolición de las armas nucleares, no me puedo dar el lujo de hablar con rodeos. Se estima que existen 15.000 ojivas nucleares diseminadas por todo el mundo, y eliminarlas conduce a decir la verdad de las cosas – y a menudo una verdad muy difícil de aceptar – a quienes están en el poder. En ese espíritu, permítanme decir lo siguiente sin temor a equivocarme: los líderes de hoy en día son demasiado inestables emocionalmente como para confiarles la tuición de las reservas nucleares del mundo.

Como dije al Comité Nobel el año pasado a momento de aceptar el Premio Nobel de la Paz en nombre de mi organización: ‘Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares’, las armas nucleares son el “arma de un loco que se mantiene permanentemente en nuestro templo”. Y, son los hombres locos quienes tienen sus dedos en el gatillo.

Por razones que me son difíciles de entender, las armas nucleares han sido apropiadas como símbolos del poder masculino. En los últimos meses, ambos, el dictador norcoreano Kim Jong-un y el presidente estadounidense Donald Trump, se jactaron públicamente del “tamaño” de sus botones y de la solidez de sus arsenales. Para no quedarse atrás, Vladimir Putin de Rusia usó su discurso anual al Parlamento de su país para afirmar que Rusia tiene realmente las armas nucleares más potentes de todas. Apoyó su fanfarronada con animaciones extravagantes, simplemente imaginando cuán “invencibles” podrían ser sus misiles.

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