hurricane maria puerto rico Mario Tama/Getty Images

El capitalismo del desastre llega a Puerto Rico

NEW YORK – Ha pasado más de un año desde que el huracán María asoló a Puerto Rico, agravando la agonía de una comunidad que ya estaba atrapada en una espiral económica descendente. Además de experimentar una crisis de emigración, la isla buscó lo que equivalía a la protección por bancarrota en mayo de 2017. Y bajo la Ley de Estabilidad, Supervisión, Gestión y Estabilidad Económica de Puerto Rico de los Estados Unidos (PROMESA, por sus siglas en inglés), una junta de supervisión federal ahora supervisa sus finanzas.

Aunque María fue una tragedia, también creó la oportunidad de volver a escribir un plan fiscal defectuoso que había sido certificado por la junta de supervisión en marzo de 2017. Se suponía que ese plan restauraría la salud económica de la isla y también proporcionaría dinero a los acreedores que reclamaban el reembolso. Pero el plan deprimió aún más la actividad económica y no pudo establecer una base adecuada para calcular la cantidad de reestructuración de deuda que Puerto Rico necesitaba.

Lamentablemente, no se ha aprovechado la oportunidad de enderezar el barco fiscal de Puerto Rico. Por el contrario, la junta de supervisión recientemente certificó un nuevo plan fiscal y un acuerdo con los tenedores de bonos emitidos por la Corporación de Fondos de Interés Urgente de Puerto Rico (COFINA) que podría poner a la isla en una camisa de fuerza de deuda por tiempo indefinido.

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