refugees boat Andreas Solaro/AFP/Getty Images

Una solución del sector privado a la crisis de los refugiados

BRUSELAS – El desarrollo internacional no se trata solamente del alivio de la pobreza, sino de brindar seguridad, estabilidad y oportunidades económicas a las comunidades pobres y frágiles, impidiendo con ello que los ciudadanos tengan que abandonar sus países de origen en busca de una vida mejor. Para un occidental ansioso por limitar los flujos de refugiados e inmigrantes de África y Oriente Próximo, apoyar el desarrollo es un enfoque mucho más eficaz que erigir muros y alambradas.

Pero con demasiada frecuencia el desarrollo se ve obligado a quedar en segunda fila a la hora de determinar políticas. La llamada Guerra al Terror que comenzó en 2001 se ha ido transformando en múltiples y brutales conflictos que están desestabilizando todo Oriente Próximo, socavando las libertades individuales y transformando la naturaleza misma de sus sociedades, en una dinámica que expulsa a la gente de sus hogares y, a menudo, de sus propios países. En particular, el actual conflicto en Siria ya ha desplazado a cerca de cinco millones de personas.

Por supuesto, tiene sentido decir que los refugiados deben quedarse en el primer país seguro al que puedan llegar. Sin embargo, muchos tratan de escapar a la inestabilidad de su región como un todo. Sueñan con la seguridad y las oportunidades de Europa y están dispuestos a sufrir mucho para obtenerlas, incluso embarcarse en un peligroso viaje para cruzar el Mediterráneo.

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