VARSOVIA – El antagonismo hoy está en aumento entre los populistas de derecha y un oponente algo inesperado pero formidable: las mujeres. En Estados Unidos, al igual que en Polonia, los derechos de las mujeres han estado entre los primeros blancos de ataque de los líderes populistas. Pero las mujeres no lo reciben echadas de brazos cruzados.
El conservadurismo tradicional en Occidente en gran medida ha aceptado la necesidad de otorgarles a las mujeres una amplia libertad reproductiva. Las administraciones populistas de derecha de hoy, por el contrario, son categóricamente pre-modernas en este sentido, e intentan revertir las reformas defendidas no sólo por la izquierda -y aceptadas hace mucho tiempo por la derecha convencional.
No es ningún secreto que el consenso tradicional es una causa de desprecio -y de éxito- para el populista moderno, y no sólo respecto de los derechos de las mujeres. Las primeras acciones de Donald Trump como presidente de Estados Unidos demuestran una ansiedad por rechazar normas de larga data en muchas otras áreas también, entre ellas los asuntos exteriores y la política económica.
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The latest last-minute deal to raise the US debt limit does not solve the underlying political problem. On the contrary, with the country on track for a Biden-Trump rematch next year – a contest that Trump just might win – the truce is likely to be short-lived.
sees little reason to believe the latest last-minute deal will be anything more than a short-lived truce.
VARSOVIA – El antagonismo hoy está en aumento entre los populistas de derecha y un oponente algo inesperado pero formidable: las mujeres. En Estados Unidos, al igual que en Polonia, los derechos de las mujeres han estado entre los primeros blancos de ataque de los líderes populistas. Pero las mujeres no lo reciben echadas de brazos cruzados.
El conservadurismo tradicional en Occidente en gran medida ha aceptado la necesidad de otorgarles a las mujeres una amplia libertad reproductiva. Las administraciones populistas de derecha de hoy, por el contrario, son categóricamente pre-modernas en este sentido, e intentan revertir las reformas defendidas no sólo por la izquierda -y aceptadas hace mucho tiempo por la derecha convencional.
No es ningún secreto que el consenso tradicional es una causa de desprecio -y de éxito- para el populista moderno, y no sólo respecto de los derechos de las mujeres. Las primeras acciones de Donald Trump como presidente de Estados Unidos demuestran una ansiedad por rechazar normas de larga data en muchas otras áreas también, entre ellas los asuntos exteriores y la política económica.
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