

From semiconductors to electric vehicles, governments are identifying the strategic industries of the future and intervening to support them – abandoning decades of neoliberal orthodoxy in the process. Are industrial policies the key to tackling twenty-first-century economic challenges or a recipe for market distortions and lower efficiency?
PRINCETON – Conforme se profundiza la crisis en Venezuela, los conservadores en Estados Unidos y otros países señalan alegremente el desastre del chavismo para alertar de los peligros del “socialismo”. Y ahora que en España el partido de izquierda Podemos parece ir camino de la división, y en Grecia Syriza no deja de perder popularidad desde 2015, hasta los observadores imparciales podrían concluir que la “marea rosa” del populismo de izquierda está retrocediendo.
Pero esos análisis mezclan fenómenos políticos que tienen poca relación entre sí. El único programa que se proclamó representante exclusivo del “pueblo” y declaró ilegítima toda oposición al “socialismo del siglo XXI” es el chavismo, que de hecho plantea una clara amenaza a la democracia. Pero el chavismo es una ideología particular de izquierda insertada en un marco común a todos los populistas.
En definitiva, los populistas –de izquierda o derecha– se presentan como los únicos representantes de un pueblo homogéneo, virtuoso y trabajador. Describen a todos los demás contendientes por el poder como corruptos y a todos los ciudadanos que no los apoyan como traidores. Hacen una política no sólo antielitista, sino también antipluralista.
To continue reading, register now.
Subscribe now for unlimited access to everything PS has to offer.
Subscribe
As a registered user, you can enjoy more PS content every month – for free.
Register
Already have an account? Log in