

Though Polish voters in October ousted their right-wing populist government, recent elections in Slovakia and the Netherlands show that populism remains as malign and potent a political force as ever in Europe. But these outcomes also hold important lessons for the United States, where the specter of Donald Trump’s return to the White House haunts the runup to the 2024 presidential election.
SAO PAULO – La mayor economía de América Latina está sumida en una larga crisis política, agravada por la tentación del populismo. Como una droga, este ha atraído a los brasileños con fantasiosas promesas de mayores estándares de vida y más bienestar. Sin embargo, los presidentes populistas han registrado durante 16 años índices récord de desempleo, elevados déficits presupuestarios, el regreso a la pobreza de millones de personas y la peor recesión económica en un siglo.
Los populistas también han dejado un legado de corrupción. El escándalo de la “Operación Lava Jato” expuso un largo listado de políticos deshonestos, funcionarios delincuentes y gente de negocios de dudosa reputación, todos los cuales se enriquecieron robando al estado.
Cabría suponer que, tras soportar tantos desastres de gobierno, los brasileños estarían ansiosos por hacer un cambio. Lo veremos en octubre, cuando se realicen unas elecciones generales de crucial importancia. Sin embargo, por ahora el país no parece muy dispuesto a salir de su hábito populista. Por el contrario, el populismo nunca ha sido más fuerte.
To continue reading, register now.
Subscribe now for unlimited access to everything PS has to offer.
Subscribe
As a registered user, you can enjoy more PS content every month – for free.
Register
Already have an account? Log in