Pakistani schoolgirl UN photo/Flickr

La escolaridad y el cambio social en Pakistán

ISLAMABAD – La importancia de la educación -y especialmente la escolaridad- no se puede sobreestimar. No sólo la expansión de la educación primaria y secundaria ha estado asociada a un crecimiento económico acelerado, a la erradicación de la pobreza y a una mejor igualdad de ingresos, sino que la educación también parece estar estrechamente vinculada al enriquecimiento y la inclusión social, al mejoramiento del capital humano, a mayores oportunidades y a una mejora de la libertad y del bienestar. Es por este motivo que, como primer ministro de Pakistán, he colocado el acceso universal a la educación en un lugar muy alto en la agenda nacional.

La educación influye en la manera en que las personas perciben el mundo que las rodea, entienden lo que sucede y encuentran soluciones a sus problemas. Las hace más conscientes de sus derechos y obligaciones y afecta el modo en que interactúan al interior de sus comunidades y con el estado y sus instituciones. Por sobre todo, les permite pensar con sentido crítico y cuestionar la creencia establecida, permitiéndoles así superar el prejuicio, el mito y los legados históricos restrictivos.

En este sentido, la educación es un motor importante de progreso social. Y es la clave para cumplir mi promesa, efectuada cuando asumí el cargo hace dos años, de crear un nuevo marco para el cambio social en Pakistán, un cambio que asegure una igualdad de oportunidades y justicia social para todos y que ponga fin a la explotación de los pobres y desarrolle su potencial.

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