CAMBRIDGE – El mes pasado, el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, pidió una acción global para minimizar el riesgo que supone la guerra electrónica para los civiles. Guterres expresó preocupación porque “no hay un esquema regulatorio para este tipo de guerra” y señaló que “no está claro de qué manera se le aplican la Convención de Ginebra o el derecho internacional humanitario”.
Diez años atrás, la ciberseguridad recibía poca atención como tema internacional. Pero desde 2013, se la describe como la mayor amenaza que enfrenta Estados Unidos. Las cifras exactas son opinables, pero el “informe de seguimiento de ciberoperaciones” del Consejo de Relaciones Exteriores señala que desde 2005 hubo casi 200 ataques con patrocinio estatal de 18 países, de los que 20 ocurrieron en 2016.
El término ciberseguridad se refiere a una amplia variedad de problemas que la pequeña comunidad de investigadores y programadores que desarrolló Internet en los años setenta y ochenta no tuvo muy en cuenta. En 1996, sólo usaban Internet 36 millones de personas (cerca del 1% de la población mundial). A inicios de 2017 ya había 3700 millones de personas conectadas, casi la mitad de la población mundial.
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In the past year alone, a series of hacks and ransomware attacks by hostile governments and other malign actors have raised alarms about global stability. Unfortunately, many governments are responding by developing still more cyber weapons, on the mistaken assumption that offense is the best defense.
says cyber weapons are the nukes of the digital age, except that the old rational rules no longer apply.
The banking system we take for granted is unfixable. The good news is that we no longer need to rely on any private, rent-seeking, socially destabilizing network of banks, at least not the way we have so far.
shows why the current private system is unfixable – and why we don’t need to tolerate it anymore.
Like Vladimir Putin, China's leader is so steeped in a narrative of victimhood and fearful of appearing weak that it is hard to imagine him ever leading China out of the mess he has created. He could well be remembered as the leader who squandered history's most remarkable economic success story.
about the country's increasingly worrisome trajectory, both at home and abroad.
Artificial IdiocyFrank Rumpenhorst/picture alliance via Getty Images
CAMBRIDGE – El mes pasado, el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, pidió una acción global para minimizar el riesgo que supone la guerra electrónica para los civiles. Guterres expresó preocupación porque “no hay un esquema regulatorio para este tipo de guerra” y señaló que “no está claro de qué manera se le aplican la Convención de Ginebra o el derecho internacional humanitario”.
Diez años atrás, la ciberseguridad recibía poca atención como tema internacional. Pero desde 2013, se la describe como la mayor amenaza que enfrenta Estados Unidos. Las cifras exactas son opinables, pero el “informe de seguimiento de ciberoperaciones” del Consejo de Relaciones Exteriores señala que desde 2005 hubo casi 200 ataques con patrocinio estatal de 18 países, de los que 20 ocurrieron en 2016.
El término ciberseguridad se refiere a una amplia variedad de problemas que la pequeña comunidad de investigadores y programadores que desarrolló Internet en los años setenta y ochenta no tuvo muy en cuenta. En 1996, sólo usaban Internet 36 millones de personas (cerca del 1% de la población mundial). A inicios de 2017 ya había 3700 millones de personas conectadas, casi la mitad de la población mundial.
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