BRUSELAS – La epidemia de opioides en Estados Unidos, a la que el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS por su sigla en inglés) declaró emergencia de salud pública en 2017, sigue escalando. Para descifrar cómo resolverla, los responsables de las políticas públicas deberían buscar lecciones en lo que tal vez parezca un episodio no relacionado: la crisis financiera global de 2018.
Sin duda, el HHS introdujo recientemente una nueva estrategia coordinada para hacer frente a la crisis de opioides. Esa estrategia incluye el Plan de Acción contra los Opioides de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), que apunta a reexaminar el paradigma subyacente de riesgo-beneficio para los opioides y reducir la cantidad de prescripciones de analgésicos opiáceos a través de programas educativos.
Pero la estrategia del HHS no aborda de manera correcta una de las principales causas de la crisis de opioides: las tácticas comerciales y de marketing agresivas por parte de las compañías farmacéuticas. Mientras que la Oficina de Promoción de Medicamentos de Venta con Receta de la FDA se centra en “garantizar que la información de los medicamentos de venta con receta sea verdadera, equilibrada y comunicada con precisión”, no hace lo suficiente para controlar los incentivos ofrecidos por los fabricantes de medicamentos a quienes los prescriben y a los pacientes.
BRUSELAS – La epidemia de opioides en Estados Unidos, a la que el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS por su sigla en inglés) declaró emergencia de salud pública en 2017, sigue escalando. Para descifrar cómo resolverla, los responsables de las políticas públicas deberían buscar lecciones en lo que tal vez parezca un episodio no relacionado: la crisis financiera global de 2018.
Sin duda, el HHS introdujo recientemente una nueva estrategia coordinada para hacer frente a la crisis de opioides. Esa estrategia incluye el Plan de Acción contra los Opioides de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), que apunta a reexaminar el paradigma subyacente de riesgo-beneficio para los opioides y reducir la cantidad de prescripciones de analgésicos opiáceos a través de programas educativos.
Pero la estrategia del HHS no aborda de manera correcta una de las principales causas de la crisis de opioides: las tácticas comerciales y de marketing agresivas por parte de las compañías farmacéuticas. Mientras que la Oficina de Promoción de Medicamentos de Venta con Receta de la FDA se centra en “garantizar que la información de los medicamentos de venta con receta sea verdadera, equilibrada y comunicada con precisión”, no hace lo suficiente para controlar los incentivos ofrecidos por los fabricantes de medicamentos a quienes los prescriben y a los pacientes.