A man fills his car up with gas at a station Spencer Platt/Getty Images

El regreso incierto del petróleo

CALGARY – En tanto el crecimiento económico global se recupera prácticamente en todas partes, los productores de petróleo cada vez tienen más esperanzas de que el reciente rebote espectacular del precio continúe. Pero, si esas esperanzas han de cumplirse, no sólo los productores tendrán que controlar lo que pueden (manteniendo la disciplina de la producción); lo que está más allá de su control (la producción de esquisto y el valor del dólar) también tendrá que jugar a su favor.

Hace poco más de tres años, el petróleo (WTI) se comercializaba por encima de los 100 dólares por barril. Pero, a comienzos de 2016, los precios se derrumbaron hasta llegar a unos 30 dólares por barril, debido a una combinación de demanda lenta, oferta alternativa (particularmente de petróleo y gas de esquisto de Estados Unidos) y un nuevo paradigma de producción de la OPEP según el cual el cartel, liderado por Arabia Saudita, dejó de actuar como un "productor regulador".

Luego del colapso resultante de las facturas por exportaciones y los ingresos presupuestarios, la OPEP adoptó una nueva estrategia basada en un acuerdo de producción modernizado con dos características fundamentales: una mayor flexibilidad para los países que enfrentan condiciones internas especialmente complejas (como Libia) y la inclusión de productores no pertenecientes a la OPEP, particularmente Rusia. Juntos, los países de la OPEP y los no pertenecientes a la OPEP fijaron un piso desde el cual los precios del petróleo podrían rebotar. Con la recuperación del crecimiento global y el surgimiento de incertidumbres geopolíticas (que podrían limitar la producción en algunos países productores de petróleo), los precios del petróleo rebotaron por sobre los 60 dólares por barril.

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