Donald Trump walks out of St John's Epicopal Church i Nicholas Kamm/Getty Images

A1¿Un nuevo Trump?

WASHINGTON, DC – En Washington casi todos coinciden en que la presidencia de Donald Trump está entrando a una nueva fase. Pero no resulta fácil definirla.

Muchos esperaban que el despido de Stephen Bannon (ex asesor principal de la Casa Blanca y encarnación residente del nacionalismo blanco estadounidense) agilizaría el funcionamiento del gobierno, mitigaría (aunque sin eliminarlas) las disputas internas y reduciría las filtraciones. Puede ser que desde que John Kelly asumió como jefe de gabinete y empezó a poner más orden en el Ala Oeste las internas se hayan aquietado. Pero mientras Trump sea presidente, la Casa Blanca no se va a destacar por el orden. De hecho, Trump sigue teniendo contactos frecuentes con Bannon, que volvió a hacerse cargo de Breitbart News.

Inevitablemente, apenas había empezado septiembre, y con sólo cinco semanas de Kelly en el cargo, Trump ya no soportaba las restricciones impuestas por el nuevo jefe de gabinete. Kelly limitó el acceso a la Oficina Oval, escucha la mayoría de las conversaciones telefónicas de Trump en horario de trabajo y filtra cada pedazo de papel que llega al escritorio del presidente (con lo que eliminó las diatribas extremistas que algunos miembros de su equipo acostumbraban hacerle llegar).

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