rodrik147_UIG via Getty Images UIG via Getty Images

No a la normalización académica de Trump

CAMBRIDGE – Hace poco en la Universidad de Virginia se desató un vendaval de protestas, cuando su Centro Miller de Asuntos Públicos designó a Marc Short (ex director de asuntos legislativos del presidente Donald Trump) para un cargo de investigador superior (senior fellow) por un año. Dos académicos cortaron lazos con el centro, y una petición para que se revierta la decisión reunió casi 4000 firmas. Una protesta similar estalló hace un año en la institución de la que formo parte (la Universidad de Harvard), tras la incorporación de Corey Lewandowski (que fue algún tiempo director de campaña de Trump) a su Instituto de Política.

El gobierno de Trump plantea un serio dilema para las universidades. Por un lado, estas deben estar abiertas a una diversidad de puntos de vista, incluidos los que chocan con las ideas convencionales o pueden parecer una amenaza para determinados grupos. Los alumnos y profesores que comparten el punto de vista de Trump deben ser libres de expresarse sin censura. Las universidades deben seguir siendo foros de debate y libertad de pensamiento. Además, las escuelas e institutos dedicados al estudio de los asuntos públicos deben ofrecer a los alumnos y profesores oportunidades de relacionarse con las autoridades del momento.

Pero por otro lado, existe el riesgo de normalizar y legitimizar algo que sólo es posible describir como una presidencia abominable. No pasa un día sin que Trump viole alguna de las normas de la democracia liberal. Ataca la libertad de prensa y la independencia judicial, defiende el racismo y el sectarismo, promueve el prejuicio. Profiere una falsedad tras otra con total descaro.

https://prosyn.org/67gKlPIes