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Las ideas ilusorias de Occidente sobre la innovación tecnológica en China

VANCOUVER – En las últimas dos décadas, China ha logrado un rápido progreso tecnológico, gracias en gran parte a su inversión masiva en investigación y desarrollo, que sumó alrededor del 2,2% de su PIB el año pasado. Sin embargo, China no está para nada cerca de alcanzar la frontera tecnológica. De hecho, la distancia que la separa de dicha frontera es mucho mayor de lo que la mayoría de las personas creen.

En Occidente, muchos economistas y observadores hoy en día retratan a China como un feroz competidor por la supremacía tecnológica global. Creen que la capacidad del Estado chino está permitiendo que el país, a través de políticas industriales de arriba hacia abajo, se mantenga virtualmente a la par con Europa y Estados Unidos.

El profesor de economía de Harvard y ex secretario del Tesoro de los EE. UU. Larry Summers, por ejemplo, declaró en marzo pasado en una conferencia en Pekín que es una “maravilla histórica” que China, donde el ingreso per cápita es apenas el 22% de Estados Unidos, pudiese ser el hogar de tecnología de vanguardia y de gigantes tecnológicos del mundo. El Representante Comercial de Estados Unidos, en un informe, presentó el plan “Made in China 2025” – un mapa de acciones que fue elaborado el año 2015 con el propósito de mejorar la capacidad de fabricación de China – como prueba de que el país está procurando desplazar a Estados Unidos en las industrias de alta tecnología que se consideran estratégicas, tales como la robótica.

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