little girl draws greek refugee ARIS MESSINIS/AFP/Getty Images

El escándalo de los refugiados de Europa

LONDRES – Hace mucho tiempo que se sabe que el campamento de refugiados de Moria en la isla griega de Lesbos está plagado de hacinamiento, condiciones insalubres y una violencia descontrolada, que incluyó disturbios que han dejado como resultado muchos heridos. Pero cuando los trabajadores humanitarios informaron en abril que había intentos de suicidio entre niños de hasta diez años, quedó al descubierto otra faceta trágica de la crisis de refugiados: 30 millones de niños en todo el mundo hoy están desplazados, y muchos de ellos en condiciones atroces. La crisis no sólo los pone en peligro hoy; también amenaza con destruir sus futuros.

En el campamento de Moria, los niños viven con miedo. Los disturbios recientes han desplazado a cientos de residentes del campamento y varios resultaron gravemente heridos. Esto es traumatizante para los niños que están con sus familias, pero es aún peor para los muchos que no están acompañados. Para colmo de males, muchos niños carecen inclusive de un refugio básico, y miles de familias están apiñadas en carpas baratas donadas que muchas veces ni siquiera son impermeables. El invierno pasado, tres personas murieron por envenenamiento con monóxido de carbono mientras querían calentarse.

Pero los desafíos que enfrentan estos niños se extienden mucho más allá del corto plazo. Aun si los niños refugiados lograran llegar a salvo a algún lugar, sus perspectivas son desoladoras, porque la mayoría nunca tendrá la posibilidad de ir a la escuela -una realidad que afectará seriamente su capacidad para encontrar un empleo remunerado.

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