Iranian Muslims perform Eid al-Fitr Prayer at Shah Abdol Azim Shrine in Tehran Fatemeh Bahrami/Anadolu Agency/Getty Images

El descenso político de la religión en Oriente Medio

TEL AVIV – Cuando pensamos en el conflicto en Oriente Medio, los factores religiosos probablemente sean los primeros que nos vienen a la cabeza. Pero, hoy en día, los intereses estratégicos enfrentados y las ambiciones imperiales desempeñan un papel mucho más importante que las divisiones religiosas o sectarias a la hora de definir la política regional. Esto es, potencialmente, una evolución positiva.

Consideremos la lucha por la influencia regional entre Arabia Saudita e Irán. A pesar de que se consideró durante mucho tiempo que era el resultado de la división entre suníes y chiitas, la competencia, en verdad, es entre dos sistemas políticos opuestos: el régimen revolucionario de Irán, inclinado a cambiar el equilibrio de poder regional, versus la monarquía conservadora de Arabia Saudita, que busca sostener el viejo orden regional.

En este contexto, el respaldo de Irán a los levantamientos de la Primavera Árabe tiene sentido. En un Oriente Medio dominado por los árabes, Irán, que no es árabe, es el enemigo natural. Pero en un Oriente Medio musulmán, la República Islámica de Irán es un potencial poder hegemónico. De manera que Irán se apresuró a respaldar las elecciones libres, prediciendo que los votantes llevarían a los islamistas al poder.

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