haass100_David SilvermanGetty Images_west bank israel David Silverman/Getty Images

La estructura de una revolución diplomática

NUEVA YORK – Han pasado casi 60 años desde que el filósofo e historiador Thomas Kuhn escribió su influyente libro La estructura de las revoluciones científicas. La tesis de Kuhn era simple pero herética: los avances en la ciencia no ocurren a través de la acumulación gradual de pequeños cambios en el pensamiento existente, sino más bien a partir de la aparición repentina de ideas radicales que hacen que los modelos existentes sean reemplazados por algo fundamentalmente diferente. Como sucedió cuando los astrónomos determinaron que la tierra gira alrededor del sol y no al revés, estos “cambios de paradigma” introducen un modelo enteramente nuevo que se convierte en la base de un estudio científico y una experimentación “normales” hasta que también es reemplazado.

Menciono a Kuhn porque su idea es tan relevante para las ciencias sociales como lo es para las ciencias naturales. El ejemplo que tengo en mente es el Oriente Medio contemporáneo, donde el paradigma actual entre Israel y sus vecinos ha prevalecido durante más de medio siglo.

Casi todo lo que se dijo y se escribió sobre la cuestión refleja el resultado de la Guerra de Seis Días de junio de 1967, que dejó a Israel en control de territorios que anteriormente habían pertenecido a Jordania (Jerusalén Este y Cisjordania), Egipto (la Península del Sinaí y Gaza) y Siria (los Altos del Golán). Desde entonces, el modelo diplomático “normal” (consagrado en la Resolución 242 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y las resoluciones subsiguientes) ha asumido que Israel negociaría este territorio a cambio de seguridad y paz.

https://prosyn.org/K6tXP1ces