US President-elect Joe Biden may have promised a “return to normalcy,” but the truth is that there is no going back. The world is changing in fundamental ways, and the actions the world takes in the next few years will be critical to lay the groundwork for a sustainable, secure, and prosperous future.
For more than 25 years, Project Syndicate has been guided by a simple credo: All people deserve access to a broad range of views by the world’s foremost leaders and thinkers on the issues, events, and forces shaping their lives. At a time of unprecedented uncertainty, that mission is more important than ever – and we remain committed to fulfilling it.
But there is no doubt that we, like so many other media organizations nowadays, are under growing strain. If you are in a position to support us, please subscribe now.
As a subscriber, you will enjoy unlimited access to our On Point suite of long reads and book reviews, Say More contributor interviews, The Year Ahead magazine, the full PS archive, and much more. You will also directly support our mission of delivering the highest-quality commentary on the world's most pressing issues to as wide an audience as possible.
By helping us to build a truly open world of ideas, every PS subscriber makes a real difference. Thank you.
LONDRES – Estamos en 1946. A un lado del Atlántico, abogados americanos están acusando a doctores nazis en Nuremberg de crímenes contra la Humanidad: supuestas “investigaciones” hechas en prisioneros de campos de concentración. Al otro lado del Atlántico, en Guatemala, el Servicio de Salud Pública de los Estados Unidos (SSP) está infectando deliberadamente a prisioneros y pacientes mentales con sífilis en otro “experimento” encaminado a substituir los ineficaces medicamentos utilizados por los soldados durante la guerra que acaba de terminar.
Parece demasiado perverso para ser cierto y, sin embargo, una comisión especial nombrada por el Presidente Barack Obama acaba de confirmar que los experimentos de Guatemala se llevaron a cabo efectivamente. Además, Obama ha pedido perdón públicamente al pueblo de Guatemala, pero, ¿por qué se ha tardado tanto en llegar a esto?
Sesenta y tres años después de los experimentos de Guatemala, una historiadora americana, Susan Reverby, estaba rebuscando entre documentos médicos archivados desde el decenio de 1940. Reverby estaba concluyendo una tarea final en sus dos decenios de estudio de los detestables experimentos Tuskegee del SSP, en los que centenares de hombres afroamericanos que padecían sífilis en su última fase fueron observados, pero no tratados, aun después de que se hubiera descubierto la penicilina. Estaba examinando los documentos de Thomas Parran, director general de Salud Pública de los Estados Unidos entre 1936 y 1948, época en la que la investigación Tuskegee estaba ya en marcha. Se descubrió también el hasta entonces desconocido experimento de Guatemala.
We hope you're enjoying Project Syndicate.
To continue reading, subscribe now.
Subscribe
orRegister for FREE to access two premium articles per month.
Register
Already have an account? Log in