El modelo de moderación de Líbano

BEIRUT – En semanas recientes el debate mundial se ha centrado en la iniciativa del presidente estadounidense, Barack Obama, para evitar el avance del Estado Islámico. Sin embargo, ha surgido otra fuerza como defensa distinta contra los líderes bárbaros y delirantes del califato autoproclamado: el pluralismo libanés. En efecto, a pesar de las fallas de su sistema político, Líbano puede servir como modelo para el manejo de la diversidad cultural y rechazar el radicalismo en el contexto de un ambiente inestable y fragmentado.

El mes pasado, el ejército libanés mostró una fortaleza significativa mientras combatía a militantes del Estado Islámico en el poblado de Arsal, cerca de la frontera con Siria. Aunque el ejército ha tenido fuertes bajas –incluidos dos soldados que fueron decapitados– ha logrado obligar casi a todos los militantes, que operaban al interior de un campo de refugiados sirio, a retirarse. Y cuando se requiere el ejército continúa combatiendo. La asistencia internacional sigue llegando al ejército, de la cual Arabia Saudita ha prometido más de tres mil millones de dólares.

Sin embargo, la comunidad internacional debe ir más allá del apoyo militar y respaldar las verdaderas fortalezas de Líbano: su sociedad moderada, pluralista y vibrante. Después de todo, eso es lo que ha permitido al país, contra todas las expectativas, evitar el conflicto generalizado y eso ha ofrecido esperanza –aunque vaga– a una región asolada por la crisis.

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