French President Emmanuel Macron speaks at the European Parliament FREDERICK FLORIN/AFP/Getty Images

El mensaje vital de Macron

MADRID – Cuando Emmanuel Macron fue elegido presidente de Francia el año pasado, fue presentado como una suerte de salvador europeo, un joven valor que irrumpe en la escena política francesa justo a tiempo. Ahora muchos se preguntan, con una mezcla de alegría por la desgracia ajena y derrotismo, si la estrella de Macron no brilla demasiado -y, por tanto, está destinada a apagarse rápido-. Y aquí salta la alarma, este énfasis en el desempeño de Macron hasta el momento amenaza con eclipsar su mensaje crucial sobre el futuro de la democracia europea.

Macron no ganó la presidencia francesa apropiándose de mensajes nacionalistas y populistas velados, como hizo Mark Rutte para llegar al poder en Holanda, sino defendiendo una plataforma pro-europea positiva y sólida. Con sus apelaciones ambiciosas a la unidad europea y su persistente respaldo de la democracia liberal, Macron infundió esperanza de que la ola de populismo antieuropeo había alcanzado su punto más alto y que, con él, se dibujaba un horizonte de progreso.

Pero el año transcurrido arroja, en el mejor de los casos, resultados mixtos. Las elecciones federales de Alemania, en septiembre pasado, le ofrecen un mandato débil a la canciller Angela Merkel, y confirman la consolidación de Alternative für Deutschland (Alternativa para Alemania) como fuerza emergente de extrema derecha. Y en febrero se produjo la vergonzosa renuncia del portavoz europeo Martin Schulz como líder de los socialdemócratas alemanes.

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