From semiconductors to electric vehicles, governments are identifying the strategic industries of the future and intervening to support them – abandoning decades of neoliberal orthodoxy in the process. Are industrial policies the key to tackling twenty-first-century economic challenges or a recipe for market distortions and lower efficiency?
ANKARA – Independientemente de las distintas formas en que los gobiernos diseñan políticas, su responsabilidad común es garantizar la estabilidad financiera. Para ello es necesaria una coordinación política real y efectiva y un marco general de gobernanza macroprudencial a nivel nacional e internacional.
La verdad es que el costo de evitar crisis financieras es mucho más bajo que los costos que conllevan cuando estallan. Después de todo, las crisis financieras están directamente relacionadas con descensos significativos de la producción y alzas en el desempleo; y no menos importante es que a menudo dañan gravemente la cohesión social.
A cinco años del estallido de la crisis financiera, siguen vigentes sus consecuencias, así como la recesión provocada por el colapso del banco de inversión estadounidense, Lehman Brothers. En muchas economías avanzadas el PIB real continúa más bajo que su nivel previo a la crisis. Las tasas de desempleo y los déficits presupuestales son más elevados, y la proporción de la deuda pública respecto el PIB se encuentra en niveles récord.
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