nicolas maduro FEDERICO PARRA/AFP/Getty Images

Lo que revela la crisis en Venezuela

NUEVA YORK – El New York Times publicó recientemente que la administración del presidente norteamericano, Donald Trump, había mantenido reuniones con oficiales militares rebeldes de Venezuela que planeaban derrocar al gobierno de Nicolás Maduro. Finalmente, los responsables de las políticas de Estados Unidos tomaron distancia de la idea; pero, no sorprende, la reacción al artículo fue esencialmente negativa.

Sin duda, existen buenos motivos para oponerse a un golpe en Venezuela respaldado por Estados Unidos. Muchos de quienes probablemente estarían involucrados tendrían mala reputación, dados sus vínculos con el narcotráfico y sus antecedentes de violaciones de los derechos humanos. Un golpe casi con certeza fracasaría, lo que le daría a un gobierno ya represivo un nuevo justificativo para perseguir a sus opositores.

Otra opción sería una intervención armada liderada por los vecinos de Venezuela. Ellos se ven afectados adversamente por el flujo de refugiados, que ya asciende a 2-4 millones y crece a un ritmo de 50.000-100.000 personas por mes. Si estos países tomaran la delantera, no tendrían el bagaje político de una operación militar liderada por Estados Unidos.

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