CLAREMONT –Cuando el presidente estadounidense Donald Trump retiró a Estados Unidos del Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica (TPP) el pasado mes de enero, muchos observadores vieron esa decisión como una bendición para China. Si esto es cierto, puede que la misma no dure.
La sabiduría popular se basa en simple lógica económica y geopolítica. China se ha convertido en el socio comercial más importante de cualquier otro país asiático, ganando inexorablemente apalancamiento estratégico como resultado de ello. A medida que los vecinos de China se tornan cada vez más dependientes del mercado chino, la lógica sugiere que la influencia de Estados Unidos en la región disminuirá gradualmente.
La administración del ex presidente de Estados Unidos, Barack Obama, comprendió las consecuencias geopolíticas de gran alcance del dominio económico de China en Asia Oriental. Obama y sus asesores tenían esperanzas de que al crear el TPP, un nuevo bloque comercial centrado en Estados Unidos, se fuese a oponer a la influencia de China y fuese a preserve la primacía militar y económica de Estados Unidos en la región más dinámica del mundo.
To continue reading, register now.
Subscribe now for unlimited access to everything PS has to offer.
The long-standing economic consensus that interest rates would remain low indefinitely, making debt cost-free, is no longer tenable. Even if inflation declines, soaring debt levels, deglobalization, and populist pressures will keep rates higher for the next decade than they were in the decade following the 2008 financial crisis.
thinks that policymakers and economists must reassess their beliefs in light of current market realities.
Since the 1990s, Western companies have invested a fortune in the Chinese economy, and tens of thousands of Chinese students have studied in US and European universities or worked in Western companies. None of this made China more democratic, and now it is heading toward an economic showdown with the US.
argue that the strategy of economic engagement has failed to mitigate the Chinese regime’s behavior.
Log in/Register
Please log in or register to continue. Registration is free and requires only your email address.
CLAREMONT –Cuando el presidente estadounidense Donald Trump retiró a Estados Unidos del Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica (TPP) el pasado mes de enero, muchos observadores vieron esa decisión como una bendición para China. Si esto es cierto, puede que la misma no dure.
La sabiduría popular se basa en simple lógica económica y geopolítica. China se ha convertido en el socio comercial más importante de cualquier otro país asiático, ganando inexorablemente apalancamiento estratégico como resultado de ello. A medida que los vecinos de China se tornan cada vez más dependientes del mercado chino, la lógica sugiere que la influencia de Estados Unidos en la región disminuirá gradualmente.
La administración del ex presidente de Estados Unidos, Barack Obama, comprendió las consecuencias geopolíticas de gran alcance del dominio económico de China en Asia Oriental. Obama y sus asesores tenían esperanzas de que al crear el TPP, un nuevo bloque comercial centrado en Estados Unidos, se fuese a oponer a la influencia de China y fuese a preserve la primacía militar y económica de Estados Unidos en la región más dinámica del mundo.
To continue reading, register now.
Subscribe now for unlimited access to everything PS has to offer.
Subscribe
As a registered user, you can enjoy more PS content every month – for free.
Register
Already have an account? Log in