Las mentiras nucleares del Irán

Mohammad El-Baradei, director general del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), está apremiando a su Junta de Gobernadores para que haga un último esfuerzo a fin de encontrar una solución diplomática para las ambiciones nucleares del Irán antes de enviar el caso al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas con vistas a la posible aplicación de sanciones. La decisión de remitir dicho caso al Consejo de Seguridad podría adoptarse en fecha tan temprana como el 24 de noviembre, cuando se reúna la Junta del OIEA para examinar "nuevos datos" descubiertos por los inspectores en el terreno.

Gracias a los inspectores del OIEA, ahora disponemos de un panorama bastante detallado del archipiélago nuclear del Irán… al menos de las instalaciones que el Gobierno iraní ha mostrado, porque se lo ha obligado a hacerlo. Sabemos que el Irán ha descubierto, extraído y fundido uranio natural, el componente básico de cualquier programa de enriquecimiento, sin decírselo al OIEA. Sabemos que el Irán construyó unas instalaciones en Isfahan para convertir concentrado de uranio en el gas hexafluoruro de uranio (UF6), materia prima para el enriquecimiento del uranio, sin haberlo notificado previamente al OIEA, como debería haber hecho.

También sabemos que el Irán construyó unas instalaciones subterráneas de enriquecimiento de uranio en Natanz, las protegió contra los ataques con cohetes y erigió edificios falsos en la superficie para ocultarlas de la vigilancia desde el cielo. Las autoridades no accedieron a abrir dichas instalaciones al OIEA hasta que se confirmó su existencia mediante imágenes obtenidas desde satélites comerciales y parece que eliminaron de las cámaras subterráneas el equipo instalado antes de la llegada de los inspectores. Una vez que entren en funcionamiento plenamente, dichas instalaciones permitirán al Irán dominar todo el ciclo del combustible nuclear.

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