Invitación a una crisis energética

DALLAS – A medida que el consumo y el nacionalismo crecientes en los países de la OPEP disminuyen sus exportaciones de petróleo crudo y obligan a las compañías petroleras internacionales a invertir en zonas de alto costo y pocas reservas debido a que la demanda global sigue creciendo, los precios del petróleo en última instancia podrían romper el récord establecido en 2008. En el corto plazo, una mayor volatilidad será la norma debido a factores económicos, políticos, naturales y técnicos. Sólo hay que examinar el pasado reciente para saber por qué.

Mientras que los especuladores pueden influir en los precios en el corto plazo y aumentar la volatilidad de los precios, los principios básicos del mercado y las medidas gubernamentales explican el sorprendente aumento de los precios del petróleo entre 2003 y mediados de 2008. Durante este periodo, la demanda mundial de petróleo aumentó, principalmente en los países en desarrollo, mientras que la producción se mantuvo relativamente estable de 2005 a 2008. La única manera de cubrir la creciente demanda fue con la utilización de la capacidad excedente y los inventarios comerciales de la OPEP. Una vez que se agotó el excedente y los inventarios comerciales se redujeron a niveles críticos respecto de la demanda futura estimada, los precios del petróleo empezaron a romper un récord tras otro.

Consideremos algunos datos. Primero, la producción mundial de petróleo crudo disminuyó en 266,000 barriles por día (b/d) en 2006, y 460,000 b/d en 2007. Entretanto, la demanda mundial de petróleo aumentó en 1.2 mb/d en 2006 y 937,000 b/d en 2007.

Segundo, la diferencia entre la producción real y lo que los mercados esperaban aumentó el impacto de la caída de la producción. Por ejemplo, las estimaciones a finales de 2006 preveían un incremento en la producción mundial de petróleo de 1.8 millones b/d en 2007, pero la producción en realidad disminuyó 460,000 b/d. El mercado tomó en cuenta el aumento faltante y por consiguiente reaccionó a la disminución de 2.26 millones b/d, y no a la caída real de 460,000 b/d.

Tercero, la producción de petróleo crudo de la OPEP disminuyó aproximadamente 280,000 b/d en 2006 y 381,000 b/d en 2007, con un profundo impacto en los precios. La mayoría de los modelos, incluidos los de la Agencia Internacional de Energía, el Servicio de Información sobre Energía de los Estados Unidos, y la OPEP misma, emplean variables de comportamiento para pronosticar la demanda de petróleo mundial y la producción fuera de la OPEP. Sin embargo, no aplican el mismo método para estimar la producción de la OPEP. Más bien, simplemente asumen que la OPEP va a abastecer la diferencia entre la demanda de petróleo mundial estimada y la oferta fuera de la OPEP, a pesar de que la OPEP ya no puede compensar una disminución de la producción fuera de ella o una demanda mayor a la prevista.

Cuarto, una menor producción y un consumo interno mayor hicieron disminuir las exportaciones netas de petróleo de la OPEP en aproximadamente 1.8 millones b/d en 2006 y 2007, después de aumentar alrededor de 4.8 millones b/d entre 2002 y 2005. En efecto, los principales productores de petróleo están uniéndose a los principales consumidores de petróleo con tasas de crecimiento anual de consumo superiores al 5%.

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Quinto, en el largo plazo, un dólar más débil hará que disminuya la oferta y aumente la demanda. Sin embargo, parece que en el corto plazo la relación inversa entre los precios del petróleo y el dólar existe solamente bajo circunstancias muy específicas, como un colapso de los precios inmobiliarios y la volatilidad de los mercados financieros.

Mirando adelante, en el corto plazo, los especuladores continuarán alimentando la volatilidad de los precios del petróleo debido a que los factores que influyen a la alza y los que lo hacen a la baja los conducen a un lado o a otro. La recuperación económica, un mayor descenso del dólar, las bajas tasas de interés, una inversión reducida en 2009 y varios factores políticos son los elementos alcistas más frecuentemente citados, mientras que una recuperación débil y lenta, un excedente en la capacidad de producción e inventarios grandes son los factores a la baja que más se mencionan.

Los principios básicos del mercado continuarán determinando el patrón a largo plazo de los precios del petróleo, y apuntando a un mercado limitado en el que la oferta no puede mantener el ritmo de la demanda. Puesto que más países pobres se unen al club de las economías emergentes y muchos proyectos de energía renovable subsidiados fracasan tanto en los países desarrollados como en las economías emergentes, la demanda de petróleo seguirá creciendo. Se espera que las exportaciones de petróleo de gran parte de los países que lo producen disminuyan con respecto a su producción debido a que las poblaciones jóvenes, los mayores ingresos, la urbanización y la escasez de energía siguen estimulando el consumo interno.

Además, como los países consumidores de petróleo aspiran a la independencia energética, los países productores tratarán de protegerse con la creación de industrias de alto consumo de energía para que puedan exportar petróleo incorporado en los productos industriales. Si el dólar sigue disminuyendo, ello empeorará la situación reduciendo la oferta mundial de petróleo e incrementando la demanda en los países cuyas monedas se aprecian.

Cuando se trata del precio del petróleo, la producción no importa. Pero las exportaciones sí. El temor es que las exportaciones de la OPEP disminuyan en un momento en que los líderes de los principales países consumidores no pueden ofrecer las prometidas economías “verdes”. En este contexto, estaríamos siendo testigos de una crisis energética en gestación.

https://prosyn.org/C8xX91fes