mohieldin27_HoracioVillalobosCorbisviaGettyImages_homelessmanpplwalkingby Horacio Villalobos/Corbis via Getty Images

Abordar la desigualdad es una opción política

NUEVA YORK – El mundo ha dado pasos notables en la reducción de la pobreza extrema, pero en los últimos años esos avances se han ralentizado considerablemente. El problema está claro: para eliminar la pobreza extrema es necesario abordar la desigualdad.

La buena nueva es que la desigualdad en la población mundial ha bajado desde 1990, reflejando la reducción de la pobreza. La mala nueva es que se ha elevado al interior de los países. En comparación con hace 25 años, es mucho más probable que una persona promedio viva hoy en una economía más desigual. Y, más allá del ingreso y la renta, sigue habiendo grandes disparidades –entre y al interior de los países- en ámbitos como la alimentación y la nutrición, la atención de salud, la educación, la tierra, el agua potable y otros factores esenciales para llevar una vida digna y plena.

Lejos de ser inevitable, la desigualdad es una opción política. Los gobiernos que desean reducir las brechas en los ingresos y la riqueza, y mejorar las vidas y oportunidades a disposición de sus ciudadanos más pobres han demostrado su esfuerzo y algunos avances. Desde 2015, los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (específicamente el Objetivo 10) han hecho que se preste una atención sin precedentes a este tema.

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