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Nueva esperanza para la unidad india

NUEVA DELHI – Después de ocho años de deliberaciones, la Corte Suprema de la India ha emitido un veredicto que resuelve uno de los conflictos interreligiosos más extensos en la historia turbulenta del país. La decisión de la Corte no podría haber llegado en mejor momento.

El dictamen tiene que ver con un sitio en disputa en la polvorienta ciudad tempo de Ayodhya, en el estado más poblado de la India, Uttar Pradesh. Ayodhya atrajo notoriedad internacional en 1992, cuando una multitud de extremistas hindúes derribaron una mezquita musulmana, la Babri Masjid, que ocupaba un lugar prominente en una ciudad desbordada de templos. La mezquita había sido construida en los años 1520 por un noble musulmán, Mir Baqi, en nombre del primer emperador mogol de la India, Babur, en un lugar donde, según se creía tradicionalmente, había nacido el rey-dios hindú Rama, el héroe de la épica de 3.000 años el Ramayana. Los fanáticos hindúes que destruyeron la mezquita prometieron reemplazarla con un tempo a Rama y cobrar venganza por medio milenio de humillación.

India es una tierra donde la historia, el mito y la leyenda suelen superponerse; a veces los indios no pueden percibir la diferencia. Muchos hindúes dicen que la mezquita Babri Masjid estaba emplazada en el lugar exacto del nacimiento de Rama y había sido instalada allí por Babur para recordarle a un pueblo conquistado su subyugación. Pero muchos historiadores sostienen que no existe ninguna prueba de que Babur demoliera un templo de Rama para construir su mezquita. Destruir la mezquita y reemplazarla por un templo, decían, no repararía un mal, sino que perpetraría uno nuevo.

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